domingo, 21 de agosto de 2016

Volved pronto

La nostalgia debe ser esa mezcla de felicidad y la tristeza con la que estoy escribiendo ahora este artículo. Felicidad porque voy a hablar de la única guerra noble que existe: el deporte. Uno de los pocos medios en el que los jóvenes -y lo que no lo son tanto- siempre pueden crecer, aprender valores y conocer la importancia de no darse nunca por vencidos. Los sueños se cumplen, solo hay que pelearlos. Tristeza porque #Rio2016 se acaba. Sí, el mayor espectáculo deportivo finaliza. Solo un mundial de fútbol es mínimamente equiparable a la grandiosidad de unos Juegos Olímpicos.

Y la tristeza no es solo porque las olimpiadas se acaben y tengamos que esperar otros cuatro (¿¿¿cuatro???) años para ilusionarnos a lo grande con otros deportes que no sean el de meter más veces la pelota en la portería rival. La tristeza también llega cuando te pones a pensar que los más grandes no volverán.

Michael Phelps se despide a lo grande. 'El tiburón de Baltimore' ha pulverizado todos los récords existentes hasta la fecha dentro de una piscina y se retira con 28 preseas en la mochila, 23 de ellas de oro. El atleta más grande de la historia. El animal más fiero que, siendo nadador profesional, puedes encontrarte dentro del agua.

También anuncia su adiós el GRAN Ussain Bolt. Mi favorito. La excusa perfecta para que miles de españoles trasnochemos mientras nuestras familias comprenden y en cierto modo comparten nuestra ilusión por quedarnos despiertos en el sofá hasta las cuatro de la mañana. El jamaicano es mucho más que el hombre más rápido del mundo. Es la alegría personificada. Como es el rey lógicamente tiene sus admiradores y sus detractores. No todo el mundo puede (o quiere) ser monárquico. Por eso, y teniendo en cuenta que es imposible discutir que este hombre no corre sino que vuela, hay quienes lo tachan de creído, de poco humilde. Pero digo yo: Si él sabe que es el mejor del mundo, si sus rivales saben que es el mejor del mundo y si tú -querido lector- sabes perfectamente que es el mejor del mundo ¿qué necesidad hay de que nos mienta? Es una gilipollez el que todo en este mundo tenga que ser políticamente correcto. Bolt ríe antes, durante y después de las carreras. Y sus fans reímos con él. Porque es una forma de vivir la vida. Con una sonrisa en los labios. ¿Ha trabajado mucho para ganar sus tres oros en Río de Janeiro? Por supuesto. Pero es un atleta y el atletismo merece tener héroes. Bolt es 'el rayo', el number one de Jamaica y el único piloto capaz de volar sin alas. Es una leyenda.



Y por último, y no por ello menos importante, tenemos que decirle adiós al GIGANTE que ha encabezado la mejor generación de baloncesto que ha existido nunca en nuestro país. Pau Gasol, un extraterrestre dentro y fuera de la cancha, ha liderado a una selección española de Baloncesto de la que es asombrosamente fácil sentirse orgulloso. Los Navarro, Reyes, Rudy, Calderón y compañía son un grupo de amigos que no me importaría que defendieran la camiseta de España hasta que la muerte nos separe. No parece que sea así y esta generación parece que se retira dejando en el aire una pregunta: ¿Alguna vez volveremos a disfrutar tanto con el basket como lo hemos hecho con ellos?

No puedo olvidarme en este listado de los 'mejores hits' de los juegos de Río de que, además de los chicos y su bronce, el equipo femenino de Basket nos ha hecho gozar como nunca y ha alcanzado el mayor premio jamás logrado por el baloncesto femenino en unos juegos: una merecidamente medalla de plata. Como los americanos y las americanas son de otro planeta nosotros nos tenemos que conformar con ser los mejores de éste, con canastas espectaculares y un espíritu de superación contagioso. Seguramente los españoles no tengamos una palabra que nos ayude a resumir el agradecimiento por habernos dado tanto. 

Al margen de todos estos grandes, nuestra sirena favorita consiguió otro par de medallas (Grande Mireia Belmonte) y Marc López, Rafa Nadal, Saúl Craviotto, Maialen Churrout, Carolina Marín, Ruth Beitia, Lydia Valentín, Marcus Walz, Orlando Ortega, Joel González, Eva Calvo, Cristian Toro, Carlos Coloma o el equipo de Gimnasia Rítmica también tuvieron su momento de gloria. 17 medallas conseguidas, las mismas que en Londres 2012 y cinco menos que en Barcelona 92.

Enhorabuena españoles. Y enhorabuena al equipo de Refugiados por su coraje. Y a la chica norcoreana que abrazó a otra rival (y al mismo tiempo colega) surcoreana, demostrando que las barreras están para derribarlas. Y a tantos y tantos deportistas ejemplares por compartir con nosotros su esfuerzo y sus ganas de superarse a sí mismos.  Nos vemos en Tokio 2020 pero, si podéis, volved más pronto.